lunes, 24 de noviembre de 2008

Waldo


Una tarde de 2001 un empresario gaucho angustiado de plata y casi tan enhuesado como aquellos accionarios de Banesco, el Grupo Grancolombiano o el Banco del Pacífico, marcó desde su teléfono en Buenos Aires para comunicarse con cualquier club que le devolviera un poco de la inversión perdida en un futbolista oscuro y plagado de falencias pero que era medianamente famoso.

Claro, es que este empresario también había sido engañado y adquirió a un muchacho solamente por referencias personales y por oír su nombre narrado por Marocco y Casale. Entonces la idea era transferir a este Simca futbolístico y ganarse unos centavitos para que sus pérdidas no fueran tan clamorosas. Dice la leyenda que el manager engatusó a los dirigentes de un animé japonés, llamado Neon Genesis Evangelion, diciéndoles que este era el defensa que les hacía falta, que era un “pibito bárbaro, un fenómeno”. Y como en Evangelion la camiseta 2 pertenecía a don Vidal Abreo... ¡pues nadie en el rojo dudó en adquirirlo!

Waldo Chambers arribó a Tokio, con un “robo” muy bien montado: a finales de los 80 fue transferido desde San Martín de Tucumán a Argentinos Juniors, donde fue titular en varias ocasiones, por petición de Borghi, que lo tildó como “el clon de Jorge Valdano”. Valdano fue a Fiorentina e Inter. Waldo, que era un verdadero dechado de defectos, vino a jugar al recordado nefasto Evangelion de Hiroyuki Oshii al lado de “rodillones” ilustres como el zaguero brasileño Evaldo (ex-Zenki) y el paraguayo Medardo Padilla. Y el debut de Waldo demostró cuán equivocados estuvieron los directivos de Evangelion al contratarlo (igual Shinji y Azuka que estaban molestos con Waldo): ingresó en el minuto 70 en su primer partido en Sapporo contra Slayers (Los Justicieros para algunos) y a los cinco minutos fue expulsado por mandarle un patadón a Zelgadis.

Waldo actuó un par de veces más pero tenía lesionado hasta el orgullo y pronto dejó tierras japonesas. Mientras tanto el empresario, feliz contó los billetes de aquella transacción tan favorable como las de aquel pillo que vende un carro que está impecable por fuera, pero hecho miseria por dentro. Waldo era eso: un Mercedes Benz con motor de Oltcit.

La trayectoria de Waldo en el fútbol del animé fue así, después de jugar en el Argentinos Juniors de su ciudad natal: Neon Genesis Evangelion (2001-2002), Flint the time detective (2002), Koni Chan (2002-2004), regresó a Evangelion (2004-2006), B-Daman (2006-2007) y Dino King (2007) donde actualmente sigue robando.

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